La enfermedad de moda en nuestros días es la neurosis. Una de las profesiones que más trabajo tiene es la de psiquiatra... Muchas personas que se creen atacadas por neurosis no tienen neurosis, sino vaciedad de vida: No tienen nada que hacer, nada que las saque de sí mismas; viven concentradas en su interior, siempre mirándose al espejo de su pensamiento: si están bien, si están mal; si las estiman o no; si la miraron, por qué; si no, por qué la dejaron de mirar... Castillos en el aire... sobre lo que los otros piensan de ella... La neurosis está a la puerta, la vida se tiñó para siempre de tristeza. ¡El egoísmo está en la raíz del mal! ¿Cómo curar esa neurosis? Antes de ir al psiquiatra, yo aconsejaría a esa persona que consultara a un Director Espiritual prudente. Puede que la raíz de su mal sea un complejo sepultado en su interior, desde sus primeros años, pero lo más probable es que sea simplemente una vida vacía, sin sentido; un alma que espera algo que la llene, que la tome, que le dé sentido a su existencia.
¡Es tan triste vegetar! ¡Ver que los años pasan y que no se ha hecho nada!, que nadie la mira con ojos agradecidos... que no tiene dónde volverse para encontrar amor.
El cristianismo en esta materia, como en las demás, no es sólo ley de santidad, sino también de salud espiritual y mental. Para algunos, la moral cristiana es un código sumamente complicado, largo, detallado, estrecho... que puede ser violado aún sin darse cuenta. Es un conjunto de leyes ordinariamente negativas: no hagas esto, ni aquello... ¿Cómo voy a poder llenar mi vida con negaciones?
Pero, felizmente, la verdad es muy distinta. El cristianismo no es un conjunto de prohibiciones, sino una gran afirmación... y no muchas, una: Amar. «Dios es amor» (1Jn 4,8), y la moral de quienes han sido creados a imagen y semejanza de Dios, es la moral del Amor. ¿Cuál es el precepto más grande de la ley? Amarás... y el segundo, semejante al primero, es éste: y amarás a tú prójimo como a ti mismo (cf. Mt 22,37-39). Por eso, Bossuet, con su genio clarísimo podía decir: «Seamos cristianos, esto es, amemos a nuestros hermanos».
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Este es un fragmneto de un texto del Santo Padre Alberto Hurtado, un texto muy lindo titulado "¿cómo llenar mi vida?", esta es solo la primera parte, para saborearla mejor hay que leerla "de a poquito". A sólo semanas de mi confirmación creo que la única forma de llenar mi vida verdaderamente es llenarla de amor...
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