Hoy fue el encuentro parroquial de coros, y la verdad es que nunca me había tomado el tiempo para reflexionar de manera más profunda mi servicio...
Aquí va un poco de la historia...
Generalmente se da por obvio el hecho de que cante... "como no si tiene bonita voz"... en realidad no tiene nada de obvio, al contrario, si canto es por un verdadero milagro. Cuando comencé a cantar tenía aproximadamente 15 años, comenzaba recién mi camino en comunidades, y un día me decidí... hasta mis papás estaban sorprendidos por esa voz que había estado escondida por tanto tiempo, pues era muy tímida como para haber cantado antes... el canto significó para mi un signo concreto de que "Alguien estaba entrando en mi vida para cambiarla"
Después, con es tiempo, se fue tornando una responsabilidad... un compromiso con Cristo... pues mi voz ya no era mía, sino posesión de Él... si alguien después de misa se acercaba a decir que la canción le había conmovido... no había sido yo... no creo tener en absoluto la capacidad de conmover a alguien por mi misma... había sido Él, que tomó mi voz para ser presencia hoy...
"Nada es mio, todo es gracia"... Cantar implica entonces, un donarse, donarse por completo para que Otro actúe en ti, a través de ti...
El coro... el coro ha significado para mi varias cosas... disciplina, el dejarse dirigir por alguien... la autosuficiencia que está tan de moda, en el coro no sirve, necesitamos del que está al lado, necesitamos de quien dirige...esa necesidad es también, la que nos permite llegar a unirnos, lo que nos permite lograr algo bello... y si la música ya es bella, ¡cómo lo será quien esta detrás de esto!
A veces se pasa por un desierto, no tienes ganas de cantar, sientes que el canto es vacío, que se ha vuelto una obligación... ahí es cuando despiertas y dices ¿por quien canto? ¿para quien canto?...
y bueno... seguiré con este milagro, acompañada por los amigos, que han hecho de la música un bello instrumento...
(aún debo el comentario de misiones... ya viene)
=)